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lunes, 14 de julio de 2014

De On Kawara a los Selfies

Title, On Kawara, Andrew Russeth
Ha fallecido el artista japonés On Kawara (1932-2014). Ese artista del que dicen se obsesionó con el paso del tiempo. Su obra materializa el paso de su vida mediante el envío diario de postales con las que informaba de su despertar, la hora y el lugar exacto y otras en las que dejaba constancia de seguir vivo con frases como i'm still alive" (sigo vivo) indicando también el lugar exacto; asimismo toma nota del nombre de todas las personas que encuentra a lo largo del día además de construir los planos que indican dónde ha ido.
Destaca su obra Cuadros de fechas, 1966. Se trata de superficies monocromas en las que el artista pintaba en blanco los caracteres de la fecha de su realización. Pinturas en diferentes tamaños y con diferentes fondos que van desde el rojo, azul o gris. Estas pinturas se guardaban en cajas hechas a medida en las que el artista metía un recorte de un periódico. Además estas obras iban acompañadas de diarios en los que se da información sobre el trabajo realizado.
 
Se trata de un trabajo en el que el concepto del tiempo ha estado siempre presente, el concepto del yo, del lugar, de lo objetivo, el concepto de la propia existencia

El paso del tiempo y las huellas que  éste deje es algo que ha preocupado mucho a los artistas contemporáneos. Esta idea de On Kawara se corporiza y se materializa en la obra de muchos artistas destacando Roman Opalka al que siguieron muchos otros. La obra de este artista francés, Opalka, puede ser entendida como un autorretrato del propio tiempo. En 1965 decide hacer visible la duración del tiempo a través del rostro, de su voz y de números. El artista se fotografía siempre en la misma posición, con la misma ropa la misma iluminación, también graba su voz leyendo parte de una secuencia de números y escribe sobre un fondo oscuro números en blanco que se suceden.

 

Tras Opalka muchos otros artistas han usado su propio cuerpo para corporalizar el paso del tiempo. Surgen proyectos como Living my live faster, 1998, que consiste en en tomar una imagen a diario por el artista de su rostro con la intención de continuar hasta el día de su muerte. Imágenes en las que aparece en la misma posición y con el mismo gesto. Éstas son ensambladas en un vídeo con el objetivo inicial de ver los cambios que se producen en uno mismo. Pero el proyecto creció y se comenzaron a analizar los cambios a largo plazo.

Seguro que más de uno ha pensado alguna vez en hacer algo así. ¿No serán los famosos selfies una evolución del trabajo de On kawara y la voluntad de dejar constancia del paso de nuestra vida?




                                                                      

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