Ángel Gil Cheza: “El escritor debe darse a conocer de cualquier modo”
Ángel Gil Cheza © Lluïsa Ros Bouché |
. ¿De dónde
sale esta historia?
La historia nace de una pregunta. Qué
nos queda por decir cuando morimos, de qué manera podemos transmitir cuánto nos
ha importado la gente que ha pasado por nuestra vida… A partir de aquí nos
podríamos encontrar con situaciones extrañas que sólo podrían comprenderse si
nos liberáramos de convencionalismos absurdos, que no nos van a llevar a nada
después de muertos…
·
Usas un
lenguaje muy cercano, sencillo, el libro ofrece una fácil lectura para explicar
relaciones complicadas entre las tres mujeres protagonistas.
Pienso que
es una lectura rápida, a pesar de que se lee a ritmo de bicicleta. Ahonda en el
ser humano con fotografías de un paisaje evocador, el mediterráneo. Es un
lenguaje correcto, preciso, sin complicaciones pero certero. Y de este modo, se
van presentando interrogantes y se van despejando uno tras otro; creo que ésta
es una de las bazas de la novela.
·
Hay cierta
nostalgia en los personajes, nostalgia que también parece que asoma en la
descripción del lugar donde se desarrolla la historia.
Sí, es un escenario para el recuerdo,
una luz, un tiempo… unos veranos que ya no vivimos exactamente del mismo modo.
Es una apelación al recuerdo, pero también un toque de atención a lo mal que se
han gestionado la costa y los recursos naturales durante los últimos veinte
años.
Es un escenario real, el Prat deCabanes-Torreblanca, aunque invento el nombre de la población y ajusto otros
detalles a mi ficción.
· Los lectores
hablan de tu novela con palabras como emotiva, entrañable, sincera, poética,
¿con qué palabras la describirías?
Creo que es una novela diferente. En la
forma, en el punto de vista… Un amigo del sector editorial me dijo en cierta
ocasión que al principio pensó que se trataba de una traducción del inglés.
Creo que tenía razón en la forma de presentar la acción, en la forma incluso de
embastar las palabras. Ofrece una panorámica de dos puntos de vista diferentes,
el atlántico y el mediterráneo, y ninguno de ellos se supedita al otro. Ambos
son solventes.
Y luego está mi forma de narrar, la de
siempre. Intentando dar en la diana con las palabras justas, y que sean a la
vez las más apropiadas, y me valgo para ello de todas mis armas.
· EL hombre que arreglaba las bicicletas es una novela que comenzó auto-publicada en Amazon
como ya hiciste con tu anterior trabajo
La lluvia es una canción sin letra. ¿Por qué no seguiste el camino
editorial tradicional?
Ofrecí El hombre que arreglaba las bicicletas a un par de editoriales
literarias. Una de ellas barajó seriamente su publicación, pero al final la
respuesta fue no.
El año pasado decidí revisar estos dos manuscritos.
Hice un par de llamadas y pronto comprendí que no los publicaría de otra manera
que en Amazon. Como colaborador de algunas editoriales y autores no hubo que
tantear mucho el terreno para ver que hoy en día es más difícil que nunca
llegar a publicar una obra por ella misma.
·
¿Qué
ventajas trae auto-publicar tu obra?
Creo que lo mejor es tener el control
sobre todo lo referente al libro a cualquier hora del día y de la noche. Puedes
corregir erratas, cambiar la portada, subir o bajar el precio… y en una hora se
habrá actualizado en cualquier parte del mundo. Para ello es necesario tener
conocimientos en diferentes disciplinas o rodearse de un buen equipo (amigos o
profesionales). Pero los autores tienen que tener claro que auto-publicar no
significa compartir un archivo y punto. Se debe cuidar mucho la forma y el
contenido.
Otra ventaja, puede que la más
importante, es conocer a tiempo real el alcance de tu obra; la venta por
territorios cada hora, y el cobro de regalías cada mes.
·
¿Cómo se dio
ese paso del mundo digital a publicar en papel El hombre que arreglaba las bicicletas?
Desde el mes de agosto la novela
ostentaba los primeros puestos del top 100; subía y bajaba del cuarto al
décimo, a veces llegaba hasta el veinte y vuelta a empezar. Recibí correos de
otros países solicitando los derechos, por ejemplo, al esloveno y al italiano.
Y finalmente, en diciembre, Suma de Letras se puso en contacto conmigo y
cerramos la negociación en pocos días. Lo cierto es que para mí significó una
grata sorpresa.
·
Tu trabajo viene avalado por el éxito obtenido en Internet. ¿Está
caducado el sistema editorial tradicional y el escritor tiene que buscar
alternativas?
El escritor debe darse a conocer, de
cualquier modo. Si las editoriales son infranqueables, se debe buscar el método
de llegar a ellas. Y si eso pasa por llegar primero al público, la auto-edición
es un camino. De todos modos esto no es sencillo ni es el mejor método del
mundo. En primer lugar, hay muchos otros obstáculos que salvar, y mucha
competencia. En segundo lugar, yo siempre he dicho que ser editor no es ser
lector, que hay que saber leer un manuscrito y comprender que es necesario ver
más allá de lo que hay, hay que ver el potencial, saber qué trabajo de edición
necesita antes de ser un buen libro.
·
¿Qué papel
juegan las nuevas tecnologías en el éxito de tu novela?
Desde Papel Mojado //projects, la marca
que utilizamos Lluïsa Ros, su hermano David y yo para firmar nuestros trabajos
editoriales y audiovisuales hicimos una gran campaña de Facebook en cuanto
apareció mi primer libro en Amazon. Esto provocó que nuestros contactos
impulsaran las ventas, y luego ya depende todo del producto, de la suerte y de
otras variables menos exactas todavía.
Mis novelas vienen también acompañadas
de sendos booktráilers muy sugerentes que nada o poco tienen que ver con la
trama. Pero sí presentan al escritor, su mundo, y la atmósfera de la novela.
Hemos recibido críticas estupendas de cada uno de ellos. Eso es bonito.
·
De eso mismo
te iba a preguntar ahora. Me gustaría hablar sobre el booktráiler. Música
compuesta por LLuïsa Ros y tú, es todo muy
artesano, hecho con mucho mimo, todo esto se ve reflejado. ¿Qué quieres
enseñar al lector de tu novela en casi 3 minutos para engancharlo?
Sí, como te decía intentamos que el
booktráiler sea un producto cultural en sí mismo. Que alguien pueda disfrutar
no en función de la novela, sino como algo aparte. En este último hemos
introducido algo nuevo: la música también es nuestra (Lluïsa Ros y yo
integramos una formación, Bonjour Potemkin); habíamos pedido los derechos sobre
una canción y no llegaron a tiempo, ello nos obligó a componer nosotros una. Y
esto nos ha llevado a intervenir al cien por cien en todo el proceso de
realización y creación. Y el resultado está cosechando buenas críticas.
·
Hablemos también de tu trabajo como compositor. Vemos en Youtube uno de tus últimas composiciones
junto a LLuïsa, Naufragio; una
canción muy dulce en la que además se ve mucha complicidad y mucho talento.
Antes me hablabas de Bonjour Potemkin, ¿de qué se trata?
Bonjour Potemkin
somos Lluïsa y yo, en esencia. Vamos despacio, pero algún día tendremos un
repertorio, o puede que no, pero nos gusta tocar juntos. Yo llevaba años sin
componer canciones; el hecho de haber comenzado a escribir novelas había
supuesto un bloqueo musical, ya no sabía escribir en cuatro versos, necesitaba
cientos de páginas. Un amor me llevó a un naufragio y ese naufragio me llevó a
componer esa canción. Busqué una chelista que me acompañara para grabarla y di
con Lluïsa Ros. A partir de ahí el vídeo habla por sí solo...
·
¿Tienes en
mente futuros proyectos literarios?
Estoy trabajando en una novela negra
cuya acción sitúo en mi pueblo, Vila-real. Es un género en el que nunca me he
sumergido del todo, y me está resultando muy interesante. Estoy disfrutando
mucho. Ahora estoy terminando de documentarme y retomaré la escritura que
abandoné para profundizar en algunos temas que trato en la novela. También
tengo una historia a medias, esta vez en valenciano, que espero terminar antes
de otoño.
· Por último,
no puedo dejar de preguntarte ¿a quién le escribirías tu última carta?
Sinceramente, a muchas personas. Ya lo
hago, de hecho, en casi cada línea que escribo. A veces no soy siquiera
consciente, la mayoría, pero dejo mensajes escondidos, trozos de recuerdos que
comparto con gente que quiero y que me importa, incluso con gente que ya no
recuerdo apenas, pero que me han importado. Algunas personas me leen y
encuentran cosas escondidas para otros; las hay, también, que creen ver cosas
donde no hay nada más que imaginación y ficción. Pero es inevitable buscar algo
oculto, algo oculto en los márgenes invisibles, cuando lees algo escrito por un
amigo, o un viejo amor.
Booktráiler El hombre que arreglaba las bicicletas.
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