Están muy de
moda últimamente las cuestiones de género y la crisis de identidad, sobre todo
a partir de los años 80 debido a la confusión que provoca el
entender a cada individuo según su cuerpo y el lugar que le toca ocupar en la
sociedad y gracias a nuevos pensadores como Foucault o J. Butler que intentan
deconstruir el concepto de género y sexo. Se empieza a pensar en el cuerpo como
una construcción social, un producto al que a lo largo de la historia se le han
conferido varios significados. Surge una nueva actitud que se enfrenta a estos
estereotipos fijados a las personas según su sexo comprendiendo así que muchas
diferencias entre los individuos no tienen origen biológico.
Artistas destacados hoy en día tienen una obra marcadamente reivindicativa
en cuanto a este tema. Intentan desvincular al cuerpo del género que se le ha
impuesto como es el caso de Cindy Sherman, en esta entrada vemos su relación
con la construcción social de la mujer, o la artista también norteamericana Lynda
Benglis que intenta ridiculizar la necesidad de definirse sexualmente. En España
destaco el trabajo del grupo artístico Cabello Carceller (Helena Cabello y Ana
Carceller) surgido en los años noventa intenta desmontar estos estereotipos
sociales identitarios con obras que plantean debate y alternativas. A partir de
una obra multidisciplinar, vídeo, fotografía o dibujo, hacen mención de las
identidades fácilmente clasificables como en su vídeo Un beso, 1996 en el que vemos una pareja besándose sin saber si se trata de dos mujeres, hombre y mujer o dos hombres, juegan con la ambigüedad y rompen con lo propiamente femenino y masculino.
Pero cabe decir que todas estas nuevas teorías de género e identidad
no plantean nada novesodoso si nos fijamos en la escritora, fotógrafa y activista política Claude
Cahun (1894-1955). Nacida en la ciudad francesa Nantes, nos recuerda que la
virilidad y feminidad son construcciones sociales a partir de sus fotografías.
Se dan varias teorías en torno a su nombre. Su nombre real era Lucy Schwob y
según el crítico y comisario Juan
Vicente Aliaga elige el pseudónimo Claude debido a su aplicación en francés
tanto para mujeres como hombres, hecho que responde al interés de esta artista
en torno a la identidad sexual. Se cortó el pelo al cero y se lo teñía de color
oro o rosa y así se fotografiaba sobre un fondo oscuro. Ella se divertía
provocando tal confusión, cambiando los papeles, parece como si hiciera una
búsqueda de sí misma, de alguien que no estaba definido por la sociedad. Por otro lado, la historiadora Patricia
Mayayo afirma que Lucy Schwob adopta el pseudónimo de Claude Cahun por su
parentesco con el hermano de su abuela materna llamado León Cahun.
Autoportrait, C.Cahun, 1928 |
Su autorretrato, Autoportrait (1928),
muestra a la artista, sobre un fondo negro, con unos rasgos muy marcados,
puntiagudos, una posición poco frecuente, con una camiseta de tirantes negra y
el pelo rapado que le confieren un aire ambiguo. Da la espalda a la cámara,
dando la espalda así también a los ideales de belleza femeninos, algo inusual
en esta época de ahí que su trabajo no fuera muy reconocido.
Intenta deconstruir así los estereotipos fijados. Cahun abre el camino a estas
nuevas teorías de género que nos liberan de las imposiciones sociales y ochenta años después su obra conecta perfectamente con las manifestaciones reivindicativas en el arte actual.
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